El Sacromonte representa, tanto religiosa como artísticamente, uno de los testigos más significativos de nuestro pasado cultural, imprescindible para comprender la Granada de la Contrarreforma.

La dificultad de acceso a los Santos Lugares después de la caída de Constantinopla vino a promover la reproducción de escenarios de la vida de Cristo. De un lado, en Italia, siguiendo la estela del Sacro Monte de Varallo, y también en España.

En este sentido, la implantación de Granada es coincidente con la actividad que se genera en el Monte tras el descubrimiento en 1595 de las reliquias atribuidas a los discípulos del apóstol Santiago, los santos Cecilio, Tesifón e Hiscio, y al despliegue del programa, primero de la iglesia colegial de San Cecilio, y luego de la Abadía.

En este contexto, comienza la historia del Sacromonte con una serie de hallazgos de reliquias y textos, objeto de gran polémica. El primero de ellos fue en 1588, cuando al destruir la Torre Turpiana -alminar de la mezquita mayor de la medina musulmana- para edificar la Catedral, se encontró una caja que contenía una tabla con la imagen de la Virgen, un lienzo, un hueso y un pergamino con un texto escrito en latín, árabe y castellano. Posteriormente, se encontraron en el monte Valparaíso los «libros plúmbeos», láminas de metal escritas en extraños caracteres así como otras reliquias.

La finalidad de las reliquias y textos que luego se dan como falsos, era la de conseguir la integración política e ideológica de los moriscos en la monarquía, así como de fijar la antigüedad de la Granada cristiana. Desde los primeros hallazgos la zona se convirtió en centro de peregrinación. Tras un largo proceso, las reliquias son declaradas auténticas y el Arzobispo de Granada D. Pedro de Castro Cabeza de Vaca y Quiñones, funda en 1607 esta Iglesia Colegial dedicada a San Cecilio para culto a los mártires. Así, se convierten las Santas Cuevas en un espacio ritual que concentrará las prácticas religiosas de la sociedad contrarreformista.

Por todo lo dicho, la Abadía del Sacromonte constituye un conjunto arquitectónico de gran importancia histórica como centro institucional, pietista y doctrinal, que señala el triunfo de la cultura contrarreformista en la Granada de principios del siglo XVII. Lo integran el Seminario decimonónico, el Colegio Nuevo, del XVIII, y los primeros núcleos barrocos: la casa abacial o colegiata de San Cecilio, con la iglesia de la Asunción, y las Santas Cuevas, centro martirial vinculado a los inicios de la historia eclesiástica española.

Su valor patrimonial se completa con la riqueza ingente de su Museo Archivo y Biblioteca, y con los valores pintorescos y etnográficos de su enclave. En realidad, este centro granadino es un raro y complejo híbrido entre Sacromente, debido a la piedad popular, y santuario, como lugar de custodia y culto de reliquias, sancionado y engrandecido por la autoridad archidiocesana.