Casa de Castril

Construida en 1539, la Casa de Castril perteneció a los descendientes de Hernando de Zafra, señores de Castril. Pertenece al grupo de construcciones palaciegas cristianas de la carrera del Darro.

En 1917, la Casa de Castril fue adquirida por el Estado. Seis años después, se instalan en ella el Museo Arqueológico y Provincial y el de Bellas Artes. Éste último se trasladó, en su totalidad, en 1957 al Palacio de Carlos V. También fue sede de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias, hoy en la Madraza.

Este inmueble exhibe una de las fachadas más espectaculares del plateresco granadino. Presenta tres niveles, en planta baja es adintelada con columnas de fuste acanalado y capitel con putti (querubines). En el dintel aparece la torre de Comares, blasón que los Reyes Católicos concedieron a Hernando de Zafra. El entablamento, en planta primera, muestra decoración con heráldica y animales. En el cuerpo superior abre un balcón adintelado decorado con candelieri, veneras y tondos. Corona la portada un friso con figuras humanas y animales fantásticos.

El complejo programa iconográfico respondería al interés de la familia Zafra de manifestar que su gloria obedecía a privilegios adquiridos en los campos de batalla desde el origen de los tiempos. De ahí la representación del ave fénix símbolo de la inmortalidad en la mitología clásica y de la resurrección en la iconografía cristiana. Esto podría simbolizar el resurgimiento de la familia Zafra tras la fundación de su Mayorazgo en 1539. Podemos destacar, también, la representación de Venus y Marte juntos, cuya representación conjunta significa la brutalidad y la guerra contra el amor y la ternura.

La autoría de esta fachada, cuyos grutescos y motivos platerescos son fieles herederos de la escuela castellana, no está aclarada, aunque muchos autores señalan a Sebastián de Alcántara, discípulo de Diego de Siloé.

Al interior se accede por unas escaleras que desembarcan en el gran patio renacentista. La escalera principal se cubre con una interesante armadura mudéjar de limas moamares.

Leyenda de la Casa de Castril

Estás ante la fachada de la Casa de Castril. Mira hacia arriba, a su segundo piso y observarás en su balcón tapiado una curiosa inscripción: Observas que hay un balcón tapiado con una curiosa inscripción: «Esperándola del cielo».

Según cuenta la leyenda, el nieto de Hernando de Zafra, también llamado así, vivía con su hija Elvira, en esta casa. La joven se había enamorado de Alfonso de Quintanilla, que provenía de una familia con la que Hernando de Zafra tenía enemistad. Debido a esta rivalidad, la pareja tenía que verse en secreto y a escondidas, ayudados de un sirviente.

Un día, aprovechando la ausencia del padre, los jóvenes se citaron en la habitación de Elvira. Cuando el sirviente escuchó los pasos de Hernando de Zafra, corrió a la habitación a avisarlos. Alfonso de Quintanilla, logró escapar por el balcón, pero el sirviente se quedó dentro de la habitación de la joven, creyendo Hernando de Zafra, al ver a la joven semidesnuda, que el sirviente era el amante.

El desgraciado paje gritaba pidiendo justicia ante aquel error, mientras que Hernando de Zafra contestaba: “Colgado quedarás, esperándola del cielo”.

Elvira fue encerrada en la habitación, de la cual se mandó cegar el balcón y escribir en la fachada la famosa frase «Esperándola del cielo». La joven no aguantó mucho en esa situación y se dice que acabó suicidándose.

Sabías que…

Anexo a la Casa de Castril o Museo Arqueológico se encuentra la Casa de Latorre, que forma parte del museo. Es una casa señorial del siglo XVII, su fachada sigue el modelo establecido en la arquitectura barroca granadina por Alonso Cano y su portada tiene elementos, como la moldura, que recuerdan a la Iglesia de Hospitalicos.

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