La Colegiata del Salvador es una de las fundaciones religiosas de mayor trascendencia del barrio. Fue consagrada como parroquia el año 1499, en el emplazamiento de la Mezquita Mayor del Albaicín. De esta se conservan dos elementos de gran interés: el Patio de los Naranjos (siglo XIII) y el aljibe, en la plaza del Salvador.

En 1533 pasó a colegiata, alcanzando un estatus muy similar al de la catedral y sus obras concluyeron a finales de dicho siglo. En el siglo XIX fue suprimida como colegiata volviendo a su origen como parroquia. El incendio de 1936 supuso la pérdida de importantes elementos mudéjares y obras de arte. A mediados del pasado siglo el interior fue restaurado.

Así, se trata de un templo heterogéneo, con dos fases claramente diferenciadas: la capilla mayor, levantada entre 1565 y 1592, que a pesar de lo avanzado de la cronología posee algunos resabios goticistas y la nave del templo, de austera composición; todo ello, cerrado con armaduras mudéjares.

La iglesia consiste en un amplio templo precedido del atrio o patio de la antigua mezquita, con una sola nave y capilla mayor diferenciada mediante un arco toral. Esta posee dos capillas laterales abiertas en su parte anterior y dos espacios cerrados de ayuda de culto en la posterior, así como varias dependencias pertenecientes a la antigua colegiata, agregadas al lado del Evangelio, donde se encuentra la portada principal.

Sobre el exterior, destaca la portada de piedra diseñada por Diego de Siloé. Esta es adintelada con columnas jónicas, hornacina con la Virgen y el Niño, y numerosos elementos renacentistas como veneras y hojarasca en el friso y jambas. La portada lateral, del siglo XVIII y con acceso al patio, se corona con una imagen del Salvador.