Convento de las Tomasas

Siglo XVII

Callejón de las Tomasas, 23

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El convento de Santo Tomás de Villanueva es popularmente conocido como convento de las Tomasas. Su origen se remonta a 1635 cuando se fundó un beaterio en una casa cedida por los padres Agustinos. En 1668 el beaterio se transformó en convento siendo el segundo de la rama femenina de los agustinos recoletos fundado en Granada. Este sufrió grandes transformaciones en el siglo XX: En 1933 hubo un incendio que afectó a la iglesia y parte de la zona conventual y entre 1939 y 1949 se restauró. Hoy mantiene su uso como convento de clausura de monjas agustinas.

El conjunto está formado por iglesia y claustro en torno al que se sitúan las dependencias conventuales. A pesar de la fuerte impronta doméstica del edificio, el convento responde en gran medida a las tipologías monásticas habituales: iglesia accesible desde la calle, zaguán de entrada a la clausura y patio interior para comunicar las dependencias de las religiosas. Eso sí, presenta algunas particularidades como la entrada a la clausura, con su zaguán y torno correspondientes, que se practica en el lado meridional del inmueble. La entrada a la iglesia, en cambio, no se ubica en la misma línea, sino en el muro oriental, provisto, además, de un acceso al patio interior.

La pequeña iglesia o capilla, íntegramente reconstruida tras su incendio y total destrucción, es rectangular, de pequeño tamaño, con coro bajo y tribuna a los pies y sencillo altar. El exterior, igualmente austero, presenta como únicos testimonios de su carácter religioso la espadaña de los pies de la iglesia, que funciona también como mirador de clausura mediante un cuerpo rectangular adosado a sus espaldas. La portada es una sencilla puerta adintelada, con una hornacina superior, y un sencillo tejado para su resguardo, un elemento añadido en la restauración de los años 40 e inspirado, posiblemente, en el tejadillo del torno de Santa Isabel la Real. El elemento más destacable de la clausura es el patio interior, cuadrado y de grandes proporciones, que presentaba galerías cerradas mediante ventanas en su perímetro.

EL conjunto conserva algunas obras de arte de interés, como un lienzo de la Crucifixión atribuido a Juan Leandro de Lafuente, una serie de lienzos de la Infancia de Cristo atribuidos a José Risueño, la estatua de la Virgen de la Correa, anónima del siglo XVI, y un lienzo de Ecce Homo, en clausura, obra de Pedro Atanasio Bocanegra.

Portada de Casa de Castril (Museo arqueológico)

Sabías que…

A la pequeña iglesia, que casi parece un oratorio, asistía el poeta Federico García Lorca a escuchar los afamados cánticos de los oficios celebrados en Navidad. En una de las cartas enviadas a sus padres desde Nueva York recordaba «la misa del Gallo de las Tomasas».

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