Iglesia de San Nicolás

Siglos XVI y XX

Plaza de San Nicolás

La iglesia de San Nicolás se ubica en la plaza homónima, frente al mirador del mismo nombre.

Este mirador constituye un excepcional lugar para la contemplación de la Alhambra y buena parte de la ciudad histórica de Granada, así como de la Vega y Sierra Nevada. Quizá por esta razón este paraje del Albaicín goza de gran popularidad desde tiempos modernos, momento en el cual el propio mirador fue acondicionado como tal en la década de 1940, siendo alcalde Antonio Gallego Burín. En estos momentos también se emprendió la reconstrucción del templo y al remozado del aljibe de San Nicolás, como elementos complementarios del carácter pintoresco y atractivo del propio mirador.

La iglesia de San Nicolás fue, junto con la cercana iglesia de San Cristóbal, uno de los primeros templos en construirse en el Albaicín, demoliendo la mezquita y alzando este inmueble según un sobrio plan gótico-mudéjar. No obstante, un rayo caído sobre la parroquia en 1828 obligó a reconstruir buena parte de la iglesia. Así, y en sustitución de esta, la iglesia de San José se convirtió en parroquia.

Sería la primera iglesia granadina en sufrir los efectos de las revueltas anticlericales durante la II República Española: Dos días más tarde del golpe militar del general Sanjurjo, el 12 de agosto de 1931, fue completamente saqueada e incendiada, reduciéndose su fábrica a los muros perimetrales, parte de la cubierta de la cabecera y la torre. En 1935 se iniciaron bajo la dirección de Jesús Bermúdez Pareja y Francisco Prieto Moreno las obras de consolidación, paralizadas durante la Guerra Civil y terminadas en 1947.

La mejor descripción del estado original de la iglesia se debe a Manuel Gómez-Moreno (1892) que la conoció en época anterior a su destrucción y saqueo: Se trata de una iglesia de una sola nave, de planta rectangular. La nave se divide en cinco tramos mediante cuatro arcos diafragma de tipo ojival sobre ménsulas, correspondiendo el de la cabecera a la capilla mayor, indiferenciada en planta, pero sí en su cubierta. Los dos primeros tramos estaban cubiertos de bóvedas de góticas de crucería, estrelladas y de cantería, estando semiochavada la correspondiente al presbiterio mediante dobles trompas. Los tres tramos restantes se cubrían con faldones de madera a dos aguas.

Al exterior, la iglesia destaca por sus sencillos volúmenes en ladrillo, encalados en blanco. Posee una esbelta torre cuadrada adosada en el ángulo izquierdo de los pies del templo, construida también con muros de ladrillo, que presenta dos fustes de columna en la base. El escudo del arzobispo Niño de Guevara sitúa su construcción hacia 1543. Esta torre, como la de Santa Isabel la Real, recuerda en su alzado la herencia de los alminares hispanomusulmanes que jalonaron la Granada nazarí.

La portada de la iglesia formaba parte de un programa de adecuación y acrecentamiento de la fábrica parroquial realizado en el siglo XIX que consistió en ganar una crujía adosada al costado meridional del templo, añadiendo una portada neoclásica con zaguán. Esta portada lleva el lema «Sancte Nicolae, ora pro nobis». Quizás estas actuaciones fueron realizadas por la hermandad de San Nicolás, que tuvo gran proyección popular durante aquella centuria.

Tras 17 años sin actividad y con la finalización del proyecto encabezado por el arquitecto Antonio Martín, la iglesia de San Nicolás abrió sus puertas como templo aconfesional en marzo de 2022.

La intención de crear un templo abierto y diverso queda patente en su programa iconográfico. Así lo demuestran sus capillas laterales, con obras del artista libanés Abdo Badwi o el artista etíope Adefri Geletu Wolde, entre otros. Destaca, también, la vidriera que ha venido a sustituir a la bóveda central.

Sabías que…

La iglesia de San Nicolás formó parte del programa de erección de 23 parroquias mudéjares realizados por el cardenal don Pedro González de Mendoza en 1501, tras la conversión forzosa de los moriscos granadinos. Al parecer, en este caso, como en la práctica totalidad de las parroquias entonces creadas, se aprovechó el solar de una mezquita musulmana (la yima o mezquita azitiní). Este emplazamiento formaba parte del área intramuros de la Alcazaba Qadima del Albayzín y constituía el más primitivo asentamiento islámico de la ciudad, dado que, según algunas fuentes, en su entorno existió un hisn o castillo, de época emiral, levantado a mediados del siglo VIII y destruido durante la centuria siguiente, en el contexto de las revueltas mozárabes en los inicios del califato cordobés.

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