Iglesia y convento de Santa Catalina de Siena
Siglo XIV y XVI
Carrera del Darro, 39
El convento de Santa Catalina de Siena, más conocido como convento de Zafra, se ubica en la misma manzana que la Casa de Zafra, en el antiguo arrabal de Axares, a extramuros de la Alcazaba Cadima. Es el resultado de la agrupación de varias casas nazaríes, entre ellas, la propia Casa de Zafra, única casa nazarí (siglo XIV) que no fue derribada para levantar el convento y que se sitúa en el ángulo noroeste de la manzana.
Se fundó en 1507 por voluntad del secretario de los Reyes Católicos, D. Hernando de Zafra, y su esposa Leonor de Torres. La propiedad le fue cedida por los reyes en agradecimiento por su papel decisivo en las negociaciones de la rendición de Granada.
Hoy mantiene su uso como convento de clausura de monjas dominicas. Constituye un magnífico ejemplo de la mezcla cultural en la arquitectura religiosa del Albaicín: Combina elementos nazaríes con otros de estilo mudéjar, gótico, renacentista y barroco.
La extensa y compleja planta de la construcción conventual cristiana se articula en torno a tres patios. El principal de ellos, rectangular, se sitúa en el lado sur y consta de dos cuerpos de arquerías y una fuente central. El piso bajo está compuesto en planta baja por arcos rectilíneos sobre gruesas columnas dóricas apoyadas sobre basamento y techos de alfarjes sencillos. Las enjutas de los arcos del pórtico sur se decoran con los escudos de los fundadores.
La galería superior reutiliza columnas y capiteles musulmanes de época califal y nazarí. En las esquinas orientales de ambos pisos hay arcos de paso rectilíneos angrelados con yeserías, lisas en la galería inferior y con motivos de ataurique en la superior. En las esquinas se ubica la escalera de tres tramos con descansos rectangulares y cubierta por una armadura con decoración de lazo. De las dependencias en torno a este patio, destacamos los interesantes frisos de ornamentación plateresca ubicados en el refectorio.
La iglesia se dispone en paralelo a la fachada principal de la carrera del Darro. A ella abre su portada renacentista, cuya traza se relaciona con el círculo de Siloé. Se compone de un primer cuerpo formado por arco de medio punto decorado con veneras y ménsula en la clave y tondos con bustos de dominicos en sus enjutas. Se flanquea el arco por finas pilastras jónicas, dobladas y escasamente resaltadas, que sustentan un entablamento. En él se recoge la siguiente inscripción: «Este monesterio mandaron hazer Hernando de çafra secretario de los Reyes Católicos y donna Leonor de Torres su muier acabose anno MDXL».
Sobre el entablamento se abre una hornacina rematada por una cruz y decorada con veneras, motivo decorativo muy presente en las construcciones de Zafra. Su interior, también con forma de venera, alberga una estatua de Santa Catalina de Siena. Flanquea la hornacina una decoración de aletas y, sobre ellas, los escudos de los fundadores, que cuelgan de sendos lazos sujetados por las fauces de dos cabezas de leones. En la prolongación de la fachada, compuesta de piso bajo y dos superiores, se encuentra la entrada al convento a través de una puerta con arco rebajado.
En eje con esta puerta y los dos pisos superiores, se sitúa un cuerpo sobreelevado con dos nuevos pisos cerrados con celosías, cuerpo que rompe la linealidad del alero a lo largo de la amplia fachada. En el frente lateral izquierdo de dicho cuerpo se dispone un balcón de madera volado, cuyo tejadillo sostienen pies derechos y zapatas y donde se encuentran las campanas. En el ángulo inferior izquierdo de la fachada se adosa un pequeño pilar.
El interior de la iglesia es de estilo mudéjar. Consta de una sola nave dividida en tres tramos separados por pilastras sin capitel que sostienen arcos fajones y que refuerzan la bóveda de cañón con lunetos que la cubre. Presenta dos coros de clausura, bajo y alto, a los pies y bóveda semiesférica de yesería sobre pechinas en el presbiterio. El enterramiento de los fundadores se indica por una señal a los pies de la capilla mayor, presidida por un gran retablo barroco del siglo XVIII. Su construcción primitiva está muy reformada a causa del incendio que sufrió el día del Corpus Christi de 1678.
De la decoración de la iglesia, sobresalen una Dolorosa de José de Mora y el monumental lienzo de Pedro Atanasio Bocanegra, situado entre las celosías del coro bajo y del alto, de los Desposorios místicos de Santa Catalina. Sobre la puerta de la sacristía se hallan dos lienzos de José Risueño que representan a la Virgen del Rosario y el Buen Pastor. Además la pila bautismal es una fuente de época musulmana. A Risueño se le atribuye una imagen de la Presentación del Niño Jesús en el templo por la Virgen, llamada de La Candelaria.
La totalidad del conjunto conventual fue declarado Monumento Histórico-Artístico por Decreto de 3 de junio de 1931. Posteriormente el Ayuntamiento de Granada adquirió en 1946, bajo el mandato de Gallego Burín, la Casa de Zafra para su conservación, por lo que a partir de entonces se constituyó en propiedad segregada del convento.

Sabías que…
En el convento de Santa Catalina de Siena se elaboran unos de los mejores dulces conventuales elaborados por las monjas dominicas que allí residen.
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