Esta plaza, rodeada de sinuosas callejuelas, es el corazón de la zona más viva y bulliciosa del Albaicín, donde se desarrolla la vida cotidiana de sus habitantes y donde también hay espacio para el visitante que puede refrescarse en sus terrazas y bares, mientras contempla las fachadas que rodean el espacio, algunas con elementos neoárabes, y al fondo la Puerta de las Pesas, del siglo XI. Mantiene el carácter comercial que tuvo históricamente, incluso se instala un pequeño mercadillo recuerdo del zoco árabe de siglos pasados. Esta primitiva explanada de forma alargada, de donde le viene el nombre, fue regularizada en época cristiana adquiriendo el diseño rectangular actual.

Es uno de los lugares más especiales del Albaicín, un lugar muy vivo, con gran actividad, que atesora una rica historia. En el siglo XI era una explanada situada a las afueras de la Alcazaba Cadima, que en época nazarí pasó a ser un ensanche que comunicaba con el nuevo arrabal del Albaicín. En época cristiana se amplió y se regularizó su perímetro. En 1576 se instalaron carnicerías, un matadero y lavaderos, tal como se recoge en la inscripción situada a la derecha del Arco de las Pesas. Actualmente combina el carácter comercial que ha tenido históricamente con un espíritu lúdico aportado por los bares y cafeterías de la plaza.