Puerta de San Lorenzo
Siglo XIV
Paseo lineal de la muralla de la Alberzana (Carretera de Murcia)
Casi al final de nuestro paseo por la muralla Alberzana, en la curva que desciende al conocido como tambor de San Cristóbal, encontraremos una singular puerta elevada a la que originalmente se accedía mediante rampa. Se trata de la Puerta nazarí de San Lorenzo. Esta pertenece a la llamada muralla Alberzana que protegía el arrabal extramuros que actualmente constituye el Albaicín alto, zona de San Cristóbal.
Esta puerta se trata de uno de los seis accesos con que contó la cerca del arrabal del Albayzín. Se trata del único conservado de ellos, junto con la cercana puerta de Fajalauza (Bab Fayy al-Lawza).
La cerca fue mandada construir durante el segundo tercio del siglo XIV por el hayib Ridwan, ministro de Yusuf I para contener el crecimiento del arrabal conforme a los avances de la conquista cristiana. Sin embargo, dada la anómala forma de unión de este acceso con los muros, cabe pensar que se hiciera en época posterior, quizás a finales del siglo XIV o los inicios del siglo XV, para corregir un fallo en la trama defensiva. Esto se explicaría por la ausencia de un paso en la muralla entre la puerta de Fajalauza y la de Elvira, aún cuando existió hasta 1978 un portillo intermedio en la Acera de San Ildefonso, conocido como puerta del Barrio de la Calzada (Bab Rabad al-Rasif).
El saliente en el que se ubica la puerta era una de las torres de vigilancia de la muralla. El arco exterior era de herradura, tal como se reproduce en el portón de cierre colocado tras su restauración. Este arco, situado en el lado norte, da paso a un interior en el que no encontramos el habitual trazado en recodo:
La puerta interior, entrada al arrabal, se sitúa en el lado este de manera que no hay acceso directo entre ambas, cumpliendo las mismas funciones defensivas que el recodo. La solería de la puerta, que había permanecido oculta hasta la excavación de 1986, es de dura argamasa, conservándose las quicialeras de la puerta interna y una de las cuatro de las puertas exteriores.
En general, el estado de conservación de esta puerta es bastante bueno, a pesar de la mencionada pérdida de los arcos externos, a la que hay que sumar el ennegrecimiento de los paramentos interiores del pasadizo, por haberse usado como crematorio, y la apertura de dos huecos en la muralla, en los lados Norte y Oeste, a modo de ventanas, debido a haberse usado como vivienda en otras épocas.

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