Puerta Monaita
Siglo XI
Carril de la Lona, 1
La Puerta Monaita o Bab al-Unaydar, conocida con otras diversas denominaciones como puerta de la Erilla, de la Alhacaba, o de Bibalbonaidar, es una de las siete puertas con que contó el recinto de la Alcazaba Qadima del Albayzín, junto con las conservadas de Hernán Román (Bab Qastar) y de las Pesas (Bab al-Ziyada), los escasos restos que quedan en pie de la del León (Bab al-Asad) y las desaparecidas del Halcón (Bab al-Baz), de los Conversos (Bab al-Taibin) y de los Estereros (Bab al-Hassarin). Ubicada en el ángulo noroeste de la mencionada Alcazaba, constituyó el acceso principal extramuros a la Alcazaba, así como al alcázar zirí erigido intramuros por el rey Badis (1038-1073).
No hay dudas a la hora de fijar la datación cronológica de esta puerta a mediados del siglo XI, en el contexto de la consolidación de la Alcazaba Qadima del Albaicín. De hecho, la Puerta Monaita no es sólo la entrada principal a la mencionada Alcazaba, sino que la prolongación de sus muros a poniente enlazará, a lo largo del siglo XI, con la puerta de Elvira (Bab Ilbira), entrada principal de la medina.
En origen, la Puerta Monaita estaba formada por una puerta principal, que a su vez tenía dos puertas, una hacia el exterior (la que vemos hoy) y otra hacia el patio al que daba paso. El patio en recodo estaba rodeado de altos muros y un torreón, conducía a una segunda puerta que daba acceso a la Alcazaba. Con este sistema, parecido al de la cercana puerta Elvira, si el enemigo conseguía flanquear la primera entrada, se encontraría atrapado en un patio y atacado desde la parte superior de las distintas puertas y torreones. Esta puerta de codo sencillo, con estancia dentro a cielo raso o corraliza, quizás fue la primera con patio interno de la arquitectura hispanomusulmana, aunque en la Hispania romana ya se conocía la entrada con patio intermedio recto, como atestigua la puerta de Sevilla en Carmona.
Hoy, esta puerta monumental conserva un torreón y el acceso principal, ambos insertos en el recinto fortificado zirí. La portada nos muestra un arco de herradura con alfiz hecho en piedra. El torreón, que la protegía por su lado norte, es de mampostería encintada. Si nos acercamos a la puerta, veremos que los primeros sillares que forman el arco están superpuestos y el resto (parte superior) colocados de forma radial. Esta misma solución fue empleada en las arquerías de la mezquita de Córdoba. Su elevación con respecto a la calle realza la presencia del conjunto.

Sabías que…
Esta puerta tenía una posición estratégica, ya que desde donde se encuentra permitía tener el dominio visual de la antigua medina. Tiene una posición paralela con la Puerta de Elvira.
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