Convento de San Bernardo
Siglos XVII y XIX
Carrera del Darro, 45 y c/ Gloria, 2
En este conjunto conventual se unen la austeridad de la orden del Císter con los planteamientos racionalistas del neoclasicismo, aplicados sobre la tipología conventual del barroco granadino. Es decir, claustro central cuadrado, iglesia de nave única con coros alto y bajo y capilla mayor con cúpula semiesférica.
Aunque la construcción del convento de San Bernardo data de principios del siglo XIX, su fundación se remonta a fines del siglo XVII. En este momento, dos beaterios carmelitas dedicados a la educación de niñas nobles se funden a condición de elevar el resultante a convento del Císter.
En el exterior, presenta una sobria portada en la que destaca la entrada con pilastras y hornacinas. Además de la portada, son escasos los vanos dispuestos en esta amplia fachada, especialmente en sus niveles inferiores, donde sólo se abren en su extremo derecho dos ventanas con cierres de celosía. Ordenadas sobre éstas se sitúan otras dos similares, también con celosías.
Sobre la portada se sitúan tres ventanas, la central en eje con la propia portada. Un último piso, a manera de torre, se erige por encima del alero de esta fachada sobre las ventanas de celosía. Este se cierra en sí mismo, muy habitual en las arquitecturas conventuales para permitir el registro del exterior sin ser visto, herencia de la arquitectura doméstica islámica. En la esquina opuesta a la de la torre, la izquierda, sobresale por encima del tejado la construcción de la cúpula con linterna.
El interior del templo es de una sola nave con clausura a los pies y presbiterio potenciado por una cúpula. Encontramos retablos neoclásicos entre las capillas laterales. La obra escultórica del tabernáculo está relacionada con la familia de los Mena. Los espacios destinados a la clausura se articulan en torno a un patio con obras artísticas representativas del barroco granadino.
El proyecto fue realizado por Juan Puchol, maestro mayor de las obras del Arzobispado. A él sucedieron en la dirección de la construcción Alfonso Guerrero, Alejo Guerrero -quien dejó la mayor parte de la obra finalizada- y, por último, José Contreras, bajo autorización de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Sabías que…
Su construcción culmina la serie de fundaciones religiosas establecidas en la parte alta de la Carrera del Darro y el bajo Albaicín por iniciativa de diversas órdenes religiosas femeninas a partir de las primeras décadas del siglo XVI. Hablamos de las dominicas del Convento de Santa Catalina de Zafra, franciscanas clarisas del Convento de Santa Inés, terciarias franciscanas del Convento de la Concepción, a las que finalmente se sumarían las monjas cisterciense del Convento de San Bernardo. Todas estas fundaciones terminaron por definir a esta zona como uno de los más importantes espacios conventuales de la Granada del Antiguo Régimen.
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