Casa Horno de Oro
Siglo XV-XVI
Calle del Horno de Oro, 14
La casa de Horno de Oro es un ejemplo de arquitectura residencial nazarí. Fue construida en el siglo XV con un esquema muy similar al de la Casa de Zafra. Es decir, patio central rectangular con alberca y pórticos enfrentados en los lados norte y sur, portada en una esquina de la fachada con zaguán en recodo. En el siglo XVI fue reformada por los nuevos moradores cristianos. Se añadieron las galerías de los lados mayores, se conserva la galería este, también se abrió un nuevo acceso a eje con el patio.
Avanzando por la estrecha calle de Horno de Oro, en el número 14 observamos una sencilla fachada que contrasta con la riqueza del interior de la vivienda. En su origen, en esta fachada solo existía un hueco: una portada con arco de ladrillo y alfiz con cinta de ladrillo con decoración de lazo.
Esta portada da paso a un zaguán en recodo que desemboca en un patio rico en elementos nazaríes como los pórticos norte y sur, con arcos gallonados sobre columnas nazaríes. A ellos sumamos otros elementos de interés como el alfarje del pórtico norte con restos de decoración pintada, y la puerta de acceso a la sala sur de planta alta con arco gallonado, decoración de ataurique y tacas en las jambas.
En cuanto a los pórticos menores, cada uno se compone de dos columnas nazaríes de capiteles cúbicos y tres arcos angrelados hechos en yeso, siendo de medio punto y bastante más ancho el central y peraltados los laterales. La decoración de estas arquerías se reduce a estrellas y rosetones en las albanegas y en la clave de los arcos laterales. El trazado de los arcos y la disposición de su decoración es muy similar a la de la Casa de las Monjas, desaparecida con la apertura de la Gran Vía de Colón y cuya fecha de construcción se data en el reinado de Muley Hacén (1464-1485). Por tanto, esta casa nazarí podría datarse en este período.
En el cenador del pórtico norte destaca su alfarje, decorado con chillas y alfardones. En él aún se conservan restos de pinturas en su tablazón. También destacan las hojas de madera de las ventanas de ventilación. Decoradas con lazo ataurejado, deben proceder de otro sitio, ya que resultan pequeñas para este vano.
Del cenador meridional resalta la conservación en su extremo oriental de un arco gallonado con decoración de atauriques en sus albanegas. Si bien en la actualidad este arco da paso a la escalera que asciende al piso superior, a finales del siglo XIX todavía enmarcaba una alacena con estantes. La sala de este lateral tiene en su parte oriental un techo más bajo, pervivencia de la entreplanta que originariamente poseyó la casa, y que hoy forma parte de un de las casas colindantes (la nº 11 de la calle Gumiel de San Pedro). La escalera, de cuatro tramos, da acceso al piso superior, cuyos elementos arquitectónicos pertenecen a la reforma que hizo de esta casa nazarí.
Este piso es un bello ejemplo de arquitectura doméstica morisca. Así lo atestigua su galería de madera formada en todos sus frentes por balaustres rectos de sección estrellada, pies derechos con adornos góticos y zapatas y canecillos de tres lóbulos, excepto en el oeste, que se compone de seis arcos rebajados de ladrillo sobre pilares octogonales. Sorprende la presencia de este tipo de galería porque, por un lado, cuando aparece en otras casas moriscas siempre se sitúa en la crujía norte del segundo piso; y por otro, porque carga sobre una estructura de pilares y vigas.
La fachada, de muro ciego, preserva, conforme a la tradición musulmana, la intimidad del espacio interior. Originariamente no debió haber más hueco que el del su pequeña y adintelada puerta de acceso, situada en el extremo meridional de la fachada. Posteriormente, con la construcción del piso superior en el siglo XVI, se abrieron dos pequeñas ventanas, dispuestas encima de una segunda puerta de ingreso al edificio, también abierta en este período. La decisión de abrir esta nueva puerta se debió a la incomodidad del acceso primitivo, ya que para salvar el desnivel existente entre la puerta originaria y el patio de la casa debió emplazarse unos peldaños en el zaguán, dispuesto en recodo. La puerta nazarí fue transformada entonces en una ventana hasta que fue recuperada durante una de las restauraciones llevadas a cabo en el edificio.

Sabías que…
Las estancias de las casas árabes podían tener diferentes funciones a lo largo del día, podían pasar de sala de reunión durante las horas de luz, a ser alcoba por la noche. Se caracterizan por estar desarrolladas en torno a un patio, con presencia de agua o vegetación. Otro de los rasgos de las casas musulmanas, es que las estancias no se comunican entre sí, teniendo todas ellas acceso desde el patio.
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