Su nombre oficial es Paseo del Padre Manjón, prestigioso sacerdote que vivió en Granada a finales del siglo XIX y principios del XX. No obstante, popularmente se conoce como Paseo de los Tristes. Este nombre se debe a que por aquí pasaban los cortejos fúnebres en dirección al cementerio. Esta denominación también podría derivar de que por él paseaban los magistrados de la Chancillería con semblante serio y negras vestiduras.

Este paseo, creado en 1609, fue escenario de importantes eventos como corridas de toros y juegos de cañas. Y más recientemente de tradiciones perdidas como las famosas «pasaeras» celebradas en el mes de junio. Estas consistían en cruzar el río sobre piedras untadas en jabón para hacerlas resbaladizas.

Hoy se trata de un lugar habitual de encuentro, descanso y contemplación y de uno de los rincones con mayor encanto y animación del Albaicín. Desde sus bancos y terrazas podemos contemplar el imponente bosque de la Alhambra que baña la colina de la Sabika, donde sobresale el volumen rotundo de la torre de Comares. En la parte baja de la ladera llama la atención un edificio singular, que parece una casa de muñecas, el Hotel Reuma, de principios del siglo XX. La entrada al paseo, si venimos desde la Carrera del Darro, está flanqueada por dos edificios de interés, la Casa de las Chirimías (S. XVII) y la Antigua Casa Monte de Piedad (S. XVIII). En 1609, como hemos dicho anteriormente, el espacio se remodela y se construye una fuente con una inscripción del corregidor Mosén Rubí de Bracamonte Dávila. La actual fuente con doble taza con mascorones de piedra de Sierra Elvira es posterior.